TEMPERLEY VOLVIÓ A CAER: ESTA VEZ FUE 0-1 ANTE SAN TELMO
OTRA VEZ GOLPEADOS
En un nivel futbolístico paupérrimo, Temperley cayó derrotado por 1 a 0 ante San Telmo en el Beranger. El Celeste dejó pasar otra oportunidad para treparse a los puestos de Reducido y el Candombero aprovechó las ventajas que ofreció el conjunto de José Barrella: 2 expulsados -Salomón e Impallari- y un planteo que jamás dio en la tecla.
Temperley sigue sin dar señales de vida. O al menos, con cierta regularidad. Es que el Gasolero arrancó este 2008 con 2 igualdades, una frente a Talleres RE y la otra ante el por entonces escolta, Sportivo Italiano; luego llegaron la brillante actuación en el triunfo ante All Boys y la estrepitosa caída ante Brown de Adrogué. Como si esto fuera poco desconcertante, hoy llegaba a Turdera un equipo sin brújula, que venía de ser goleado y estrenaba DT. "Partido fácil" habrán pensado unos cuantos...
El partido arrancó con el Cele buscando criteriosamente por el costado derecho de su ataque, con buenas intervenciones tanto de Maxi Núñez como de Emiliano Impallari. San Telmo daba cuenta de sus falencias defensivas, las cuales hacían picos de rating por ese costado. Pero inexplicablemente de un momento a otro Temperley privilegió la banda izquierda, sector donde la visita había demostrado fortalezas y de esta manera el partido cayó en un pozo. El Celeste perdió profundidad y se fue diluyendo con el correr de los minutos, pero antes del entretiempo Rodrigo Salomón prefirió no seguir jugando. El corpulento defensor gasolero, de acabadas muestras de buen nivel, se hizo expulsar tontamente en otra triste página de su legajo personal.
Otro partido arrancaba en la segunda mitad, ya desde el vamos la actitud de Temperley era distinta y con el ingreso de Luis Rodríguez en lugar de un intrascendente Arístides Pertot el Gasolero ganaba movilidad y piernas en el mediocampo. Micheli pasaba a la línea defensiva y Quevedo se iba a perder definitivamente en un mar de marcas. El local no aceleraba y la visita no ponía demasiadas objeciones. ¿El resultado? Un dolor de ojos para el pueblo celeste, que al mal tiempo le puso buena cara y gritó hasta el final.
Promediando los 40´del complemento el rosarino Emanuel Lazzarini evidenció su falta de conocimientos en la materia "Marca" y tomó a Jorge Daolio dentro del área. Situaciones como ésas suceden cuando un centrodelantero llega de urgencia a defender en posición de lateral derecho. Error. El juez del encuentro, Fernando Echenique se sacó las ganas y no dudó; penal y gol de Pablo Aranda -ex Temperley-. El intento de reacción del Cele fue muy tibio y de no ser por la poca eficacia de los jugadores de San Telmo en los contragolpes, la diferencia pudo ser aún mayor. Sólo quedaba tiempo para que Impallari, de decente labor en el pleito, pegue una patada de calentura y se gane la roja directa.
El público de Temperley, que alentó durante los 90 minutos, descargó parcialmente su descontento con algunos silbidos que hicieron centro en el entrenador José Barrella. Blanqueando la ira y dejando de lado los reproches típicos que una hinchada de fútbol hace luego de una derrota de su equipo, el reclamo principal pasa por la actitud que el Tano toma al forjar sus planteos tácticos.
La tranquilidad pasa por saber que aún hay tiempo para mejorar; la intranquilidad nos hace tropezar una vez más con la misma piedra.
Temperley sigue sin dar señales de vida. O al menos, con cierta regularidad. Es que el Gasolero arrancó este 2008 con 2 igualdades, una frente a Talleres RE y la otra ante el por entonces escolta, Sportivo Italiano; luego llegaron la brillante actuación en el triunfo ante All Boys y la estrepitosa caída ante Brown de Adrogué. Como si esto fuera poco desconcertante, hoy llegaba a Turdera un equipo sin brújula, que venía de ser goleado y estrenaba DT. "Partido fácil" habrán pensado unos cuantos...
El partido arrancó con el Cele buscando criteriosamente por el costado derecho de su ataque, con buenas intervenciones tanto de Maxi Núñez como de Emiliano Impallari. San Telmo daba cuenta de sus falencias defensivas, las cuales hacían picos de rating por ese costado. Pero inexplicablemente de un momento a otro Temperley privilegió la banda izquierda, sector donde la visita había demostrado fortalezas y de esta manera el partido cayó en un pozo. El Celeste perdió profundidad y se fue diluyendo con el correr de los minutos, pero antes del entretiempo Rodrigo Salomón prefirió no seguir jugando. El corpulento defensor gasolero, de acabadas muestras de buen nivel, se hizo expulsar tontamente en otra triste página de su legajo personal.
Otro partido arrancaba en la segunda mitad, ya desde el vamos la actitud de Temperley era distinta y con el ingreso de Luis Rodríguez en lugar de un intrascendente Arístides Pertot el Gasolero ganaba movilidad y piernas en el mediocampo. Micheli pasaba a la línea defensiva y Quevedo se iba a perder definitivamente en un mar de marcas. El local no aceleraba y la visita no ponía demasiadas objeciones. ¿El resultado? Un dolor de ojos para el pueblo celeste, que al mal tiempo le puso buena cara y gritó hasta el final.
Promediando los 40´del complemento el rosarino Emanuel Lazzarini evidenció su falta de conocimientos en la materia "Marca" y tomó a Jorge Daolio dentro del área. Situaciones como ésas suceden cuando un centrodelantero llega de urgencia a defender en posición de lateral derecho. Error. El juez del encuentro, Fernando Echenique se sacó las ganas y no dudó; penal y gol de Pablo Aranda -ex Temperley-. El intento de reacción del Cele fue muy tibio y de no ser por la poca eficacia de los jugadores de San Telmo en los contragolpes, la diferencia pudo ser aún mayor. Sólo quedaba tiempo para que Impallari, de decente labor en el pleito, pegue una patada de calentura y se gane la roja directa.
El público de Temperley, que alentó durante los 90 minutos, descargó parcialmente su descontento con algunos silbidos que hicieron centro en el entrenador José Barrella. Blanqueando la ira y dejando de lado los reproches típicos que una hinchada de fútbol hace luego de una derrota de su equipo, el reclamo principal pasa por la actitud que el Tano toma al forjar sus planteos tácticos.
La tranquilidad pasa por saber que aún hay tiempo para mejorar; la intranquilidad nos hace tropezar una vez más con la misma piedra.
Federico Benencio
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