EL GASOLERO GANÓ CON 2 TANTOS EN EL PT Y CERRO BIEN EL 2007
LO PINCHÓ CON UNA RÁFAGA
En el último partido del 2007, el Celeste se impuso por 2 a 0 ante Estudiantes de Buenos Aires en el Beranger y le dio una alegría a su gente para terminar este año que en lo futbolístico dejó mucho que desear. Temperley liquidó el partido en el primer tiempo, cuando con tantos de Emiliano Impallari y Juan Quevedo -de tiro libre- se llevó por encima al Pincha de Caseros en el Beranger. El público del Gasolero despidió con aplausos al equipo, lo cual tomamos como una expresión de deseo de cara al 2008, más que como una forma de retribuirle a los jugadores lo realizado hasta aquí.
Con 3 modificaciones en el equipo, Temperley recibió a Estudiantes en casa. Lisandro Mendoza en lugar del suspendido Fede Crivelli (llegó a la 5º amarilla), Rodrigo Salomón por Héctor Virardi y la sorpresa de Pablo Gozzarelli desde el arranque -sustituyendo a Mauro Pajón-, fueron los cambios que dispuso José Barrella para este encuentro. Con Maxi Núñez y Juan Quevedo de enlaces abasteciendo a Gozza y a Impallari, el Celeste inclinaba la cancha a base de rápidas combinaciones. Y por primera vez en el campeonato, golpeó antes de los `10: Luis Rodríguez recibió de Salomón y asistió vía aérea a Emiliano Impallari, quien de cabeza le cambió el palo a un inmóvil Cubito Cáceres. Iban 7 minutos y el Celeste se ponía en ventaja.
La visita sólo lastimaba cuando su ancho de espadas, Juan Martín, tomaba protagonismo. El grandote se hacía lugar a base de su fuerza pero sólo en una ocasión pudo rematar limpito. Allí estuvo Mendoza, quien con una volada fantástica desvió el zurdazo de Martín. Más allá de alguna desatención en la banda izquierda, Temperley no sufrió en defensa y antes del descanso iba a dar la estocada que a la postre iba a ser definitiva. Una infracción sobre Impallari en el borde izquierdo del área le dio la chance a Quevedo -justo ante su ex equipo- de tomar lecciones de tiro libre a Cubito. El habilidoso mediapunta del Celeste emuló a J.R. Riquelme y con un precioso derechazo la colgó del ángulo más cercano de Walter Cáceres.
El segundo tiempo estuvo de más. Ninguno de los 2 equipos tuvo acciones de peligro a lo largo de los segundos ´45, y de no ser por un blooper entre Licha Mendoza y Diego Rodríguez, nada hubiese ocurrido. Una falla de coordinación entre el arquero y el zaguero casi termina en gol en contra de Rodríguez, pero justo apareció Leandro Sosa para salvar en la línea lo que hubiese sido el descuento; descuento que jamás llegó, porque Temperley se defendió de la mejor manera posible: lo hizo con la pelota. Resaltamos esta virtud táctica que además de necesaria es novedosa en el ciclo Barrella. Así los partidos ganables terminan indefectiblemente en partidos ganados.
A partir de mañana comenzará otra etapa decisiva en el andar del Gasolero. Evaluar y decidir serán las tareas de un cuerpo técnico que, con aciertos y errores, deja a Temperley en una situación en la que su suerte no está echada ni mucho menos: con la victoria ante el Pincha, quedamos a sólo 3 unidades del Reducido, único y real objetivo de este proyecto. Claro, esto es Temperley y siempre se va a exigir más, pero a no confundir los tantos. Como bien decíamos, se viene un lapso de tiempo en el que se decide un amplio porcentaje de las chances del Celeste en el año futbolístico 2008. Esperemos que afinen el lápiz, y en caso de reforzar el plantel, se haga con cordura.
FEDERICO BENENCIO
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