TEMPERLEY LA PASO MAL PERO SE PUDO ACOMODAR: 3 A 3 ANTE TRISTÁN
T.S. (TRISTE Y SONRIENTE)
En un partido para el infarto, Temperley igualó 3 a 3 con Tristán Suárez en el Beranger. El visitante llegó a estar 3-0 en el marcador pero el Celeste reaccionó a tiempo: con tantos de Nicolás Guevara -de penal-, Luis López y Cristian Quiñónez, los del Tano Stagliano amargaron a los del otro Tano, Salvador Pasini. A pesar de la euforia del final, la actuación del Gasolero deja preocupada a su gente de cara a lo que se viene.
¿Cómo se puede jugar tan bien y tan mal en un lapso de 90 minutos? Ese es el interrogante que deberá dirimir Vicente Stagliano para con sus dirigidos en esta semana que se viene. Es que el Cele arrancó bien enchufado en el partido, y a pesar del tempranero gol de Ariel Ercoli (10´), era Temperley a través de Pablo González quien manejaba la pelota. Ezequiel Cérica y Nico Falczuk se mostraban activos y en sus pies estuvieron las mejores acciones para igualar el encuentro. Siempre faltaba la estocada final -¡cómo se extrañó a Bazán Vera!- y el descanso nos encontró mejor parados futbolísticamente pero 0-1.
En el complemento Tristán se lo llevó por delante a Temperley. Saliendo rápido de contra, y aprovechando las enormes falencias defensivas del local, los de Pasini prometían peligro en cada arranque. Los volantes del Celeste no volvían a tiempo y los del fondo sufrían en demasía. Para mal de males, tanto Rubén Ratto como Julián Cano tuvieron una noche para el olvido: en ambas bandas hubo desconcentraciones que costaron caro. Así fue como en 60 segundos, recibimos 2 goles calcados: desborde por un costado, centro rasante y definición por el otro lado.
Cuando parecía que la noche se volvía más negra que nunca, Temperley revivió. Una infracción sobre Cérica dentro del área fue cambiada por gol en el pie derecho del ingresado Nicolás Guevara. El reloj marcaba que faltaban 15´y el milagro tomaba forma. Una buena combinación en el costado derecho del ataque le permitieron al chico Luis López debutar en la red en esta temporada: el juvenil surgido en las Inferiores conectó un cabezazo bárbaro y venció a Maxi Gagliardo. Con el 2-3 consumado, los jugadores celestes sabían que la utopía ya no era tal, sólo faltaba la estocada final.
El Lechero sentía el acecho y -fiel al estilo de su mandamás- retrocedió para cuidar su quintita. Primero lo tuvo Guevara una vez más, con un excelente remate bombeado que sacudió el palo y luego rebotó en la humanidad del arquero visitante. Rara vez se encuentra otra situación de gol en un partido como este, pero gracias al esfuerzo -y a la suerte, para ser realista- Temperley tuvo su premio: tras una serie de rebotes interminable, fue Cristian Quiñónez quien empujó la pelota a la red para sentenciar el 3 a 3 final.
Temperley demostró que aún está verde, pero que tiene material para ponerse definitivamente el traje de candidato. A saber utilizarlo, muchachos.
¿Cómo se puede jugar tan bien y tan mal en un lapso de 90 minutos? Ese es el interrogante que deberá dirimir Vicente Stagliano para con sus dirigidos en esta semana que se viene. Es que el Cele arrancó bien enchufado en el partido, y a pesar del tempranero gol de Ariel Ercoli (10´), era Temperley a través de Pablo González quien manejaba la pelota. Ezequiel Cérica y Nico Falczuk se mostraban activos y en sus pies estuvieron las mejores acciones para igualar el encuentro. Siempre faltaba la estocada final -¡cómo se extrañó a Bazán Vera!- y el descanso nos encontró mejor parados futbolísticamente pero 0-1.
En el complemento Tristán se lo llevó por delante a Temperley. Saliendo rápido de contra, y aprovechando las enormes falencias defensivas del local, los de Pasini prometían peligro en cada arranque. Los volantes del Celeste no volvían a tiempo y los del fondo sufrían en demasía. Para mal de males, tanto Rubén Ratto como Julián Cano tuvieron una noche para el olvido: en ambas bandas hubo desconcentraciones que costaron caro. Así fue como en 60 segundos, recibimos 2 goles calcados: desborde por un costado, centro rasante y definición por el otro lado.
Cuando parecía que la noche se volvía más negra que nunca, Temperley revivió. Una infracción sobre Cérica dentro del área fue cambiada por gol en el pie derecho del ingresado Nicolás Guevara. El reloj marcaba que faltaban 15´y el milagro tomaba forma. Una buena combinación en el costado derecho del ataque le permitieron al chico Luis López debutar en la red en esta temporada: el juvenil surgido en las Inferiores conectó un cabezazo bárbaro y venció a Maxi Gagliardo. Con el 2-3 consumado, los jugadores celestes sabían que la utopía ya no era tal, sólo faltaba la estocada final.
El Lechero sentía el acecho y -fiel al estilo de su mandamás- retrocedió para cuidar su quintita. Primero lo tuvo Guevara una vez más, con un excelente remate bombeado que sacudió el palo y luego rebotó en la humanidad del arquero visitante. Rara vez se encuentra otra situación de gol en un partido como este, pero gracias al esfuerzo -y a la suerte, para ser realista- Temperley tuvo su premio: tras una serie de rebotes interminable, fue Cristian Quiñónez quien empujó la pelota a la red para sentenciar el 3 a 3 final.
Temperley demostró que aún está verde, pero que tiene material para ponerse definitivamente el traje de candidato. A saber utilizarlo, muchachos.
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