La hora del replanteo

ANÁLISIS DEL PRESENTE INSTITUCIONAL Y FUTBOLÍSTICO DE TEMPERLEY

PAREMOS LA PELOTA

Concluido el 2007 para Temperley, es hora de parar la pelota y analizar lo que sucedió en torno a este año. Si bien el campeonato continuará en el primer semestre de 2008, la primera ronda del certamen pasó con varias penas y alguna gloria en el mismo tiempo en el que la presente Comisión Directiva dio sus primeros pasos. A continuación, el balance de lo que dejaron estas 6 meses, para entender lo sucedido y sacar conclusiones de cara al futuro.

Es imposible hacer un análisis exhaustivo del momento que vive nuestro primer equipo sin antes examinar el pasar de la Institución. A mediados de este año que se está terminando, allá por el mes de Mayo, Temperley contaba con la posibilidad –y el derecho, claro está- de hacer uso de su libertad para elegir a sus autoridades. Los candidatos que se postulaban estaban bien diferenciados (en formas de accionar y con posturas ideológicas diferentes); Diego Molea y Antonio Morrone se perfilaban a ser quienes sucederían en el poder al saliente presidente Ubaldo Silva.

A pesar de eso, y para sorpresa de todos los socios, ninguno de los 2 candidatos presentó su lista en tiempo y forma, tal como estaba estipulado. Rumores de apretadas, amenazas y gestos de resignación colmaron un escenario que a la postre terminó con una “nueva” lista: esa misma noche del 26 de Mayo, y en un lapso menor de 1 hora, se definió cómo iba a ser la nueva Comisión Directiva del Club Atlético Temperley. Con 16 personas que renovaron su mandato sobre 21 posibles, resulta un tanto cómico hablar de “una nueva Comisión Directiva”. Marcelo Mozo fue elegido como nuevo Presidente y lo secundaron Gustavo Cacace y Sergio Rodríguez Segovia. ¿Improvisación y poca seriedad? Seguramente. ¿Había alternativas? Al parecer, no.

Ahora bien, entendiendo –más bien, digiriendo- esto, resulta más sencillo entender la forma y las condiciones bajo las cuales se armó el Plantel Profesional. Mientras la idea de los dirigentes de peso era la continuidad de José Barrella en el cargo de DT (había estado los últimos 6 partidos de forma interina), algunos integrantes de la CD negociaban a espaldas con otros entrenadores. Como si esto fuera poco, durante el proceso de formación de este equipo, el propio Vicepresidente 1º, Gustavo Cacace, en una nota que le brindó a este medio, aseguró que había “campañas sucias de periodistas” y que “antes esas personas ponían y sacaban jugadores”.

Dirigiéndonos estrictamente a lo futbolístico, tenemos que empezar por lo más importante: José Barrella es un hombre de la casa, y eso en clubes importantes como Temperley pesa y mucho. A pesar de eso, el Tano no practica el fútbol que prefiere la mayoría, sino que proviene de otra escuela (ni mejor ni peor, simplemente diferente). Sería interesante saber si Barrella intenta hacer jugar a su equipo como a él le gusta, o como él puede de acuerdo a lo que tiene, pero eso entraría en otro debate.
Una vez consensuada su contratación, se definió que el modelo a seguir sería el de la “austeridad”. En otras palabras, el Tano sabe a qué apunta esta CD, y la Comisión sabe a qué apunta con el Tano: un proyecto a largo plazo tratando de sentar las bases en este primer año para poder recoger los frutos a partir del segundo. Si hasta el mismísimo Marcelo Mozo habría pensado en un contrato a 3 años…

Hasta allí, y al margen de los gustos individuales de cada hincha, todo normal. Si la idea primera era armar un equipo dándole lugar a jugadores de Inferiores y sólo sumar refuerzos en las posiciones en las que no se cuenta con elementos propios del Club, se abren nuevos interrogantes: ¿Por qué se trajeron tantos jugadores para esta temporada, varios de ellos en los mismos puestos? ¿Qué beneficio obtuvo Temperley contratando a jugadores que no llegaron a completar 90 minutos? ¿Por qué hay 7 volantes ofensivos y un solo lateral derecho en el Plantel?

Creemos humildemente que ahí está el punto de inflexión para entender el momento futbolístico de Temperley: ESTAN CLARAS LAS METAS, PERO NO LOS CAMINOS.

Federico Benencio